Orar y Ayunar
ORAN EN SECRETO. Todo hijo
de Dios debe tener un lugar para estar a solas con Dios. A menos que exista tal
lugar, la oración n secreto no se mantendrá por mucho tiempo ni de manera
persistente. Jesús tenía sus lugares secretos (14:23; Mr 1:35; Lc 4:42; 5:16; 6:12).
La oración en secreto tiene una importancia especial:
Por la
mañana para encomendarle el día a Dios.
Por la noche para darle gracias por su misericordia.
En
ocasiones en que el Espíritu Santo impulse al creyente a orar. El Padre celestial
promete recompensar a estos hijos de modo manifiesto: con la oración
respondida, con su presencia íntima y su
honra verdadera por toda la eternidad.
ORAEIS ASÍ. Con esta
oración modelo, Cristo indico aspectos de interés que deben ser parte de la
oración del creyente. El padre nuestro comprende seis peticiones: tres que
tratan de la santidad y de la voluntad de Dios; tres que tratan de las
necesidades personales. Su brevedad no significa que se deba orar brevemente. A
veces Cristo oro toda la noche (Lc 6:12.
PADRE NUESTRO QUE ESTAS EN LOS
CIELOS. La oración comprende la adoración al Padre celestial.
1. Como Padre,
Dios ama y cuida al creyente, y recibe su comunión con agrado; por medio de
Cristo el creyente tiene acceso al Padre en cualquier momento para adorarlo y
expresarle sus necesidades (vv 24-34).
2.
Dios como Padre no significa que él es como un padre
terrenal que tolera la maldad de sus hijos o deja de disciplinarlos
correctamente. Dios es un padre de santidad que tiene que oponerse al pecado.
No tolera la maldad, ni siquiera en quienes lo llaman Padre. Su nombre tiene
que ser ´´santificado´´ (v 9).
3. Por eso,
como Padre celestial él pude castigar o bendecir, retener o dar, actual con
justicia o con misericordia. Su manera de responder depende de la fe y
obediencia a él.
SANTIFICADO SEA TU NOMBRE. Lo
primordial en las oraciones y en la vida del creyente debe ser la santificación
del nombre de Dios. Es de suma importancia que Dios sea reverenciado, honrado,
glorificado y exaltado (cf. Sal 34:3). En la oración y en el diario andar se
debe estar intensamente interesado en la reputación de Dios, de su iglesia, de
su evangelio y de su reino.
Hacer algo que deshonre el nombre y el carácter del Señor es pecado
espantoso que lo expone a vergüenza pública.
VENGA TU REINO. La oración
debe mostrar interés por el reino de Dios en la tierra ahora y su cumplimiento
final en el futuro.
1. Se debe
orar por la venida de Cristo y el establecimiento del reino eterno de Dios en
el cielo nuevo y la tierra nueva (Ap 21:1; cf. 2ª. P 3:10-12; Ap 20:11; 22:20).
2. Se debe
orar por la presencia espiritual y la manifestación del reino de Dios en la
actualidad. Eso incluye el hacer valer el poder de Dios entre su pueblo para
destruir las obras de Satanás, sanar a los enfermos, salvar a los perdidos,
promover la justicia y derramar el Espíritu Santo sobre su pueblo.
HAGASE TU VOLUNTAD. Orar
´´hágase tu voluntad´´ significa que se desea sinceramente que la voluntad y el
propósito de Dios se cumplan en la vida de cada uno y en la vida de la familia,
de acuerdo con el plan eterno. Se puede determinar lo que es la voluntad de
Dios primordialmente en su voluntad revelada, la Biblia, y mediante la
dirección del Espíritu Santo en el corazón (cf.
Ro 8:4-14). Se hace la voluntad de Dios cuando sus hijos piden que venga
´´el reino de Dios y su justicia´´ (v. 33).
EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA. La oración
debe incluir peticiones con respecto a las necesidades diarias del que ora (Fil
4:19).
PERDONANOS…COMO TAMBIÉN NOSOTROS
PERDONAMOS. Se debe orar con respecto a los pecados con la disposición
de perdonar las ofensas de los demás (vv 14:15; Heb 9:14; 1ª. Jn 1:9).
LIBRANOS DEL MAL. Todos los
creyentes son el objeto especial de la enemistad y del malvado propósito de
Satanás. Por eso nunca debe olvidarse el pedir ser liberado de su poder y sus
intrigas (Lc 11:26; 22:31; Jn 17:15; 2ª. Co 2:11).
SI NO PERDONAIS. Aquí Jesús
pone énfasis en que el creyente debe estar dispuesto a perdonar las ofensas de
los demás. Si no perdona al ofensor arrepentido, Dios no lo perdonara a él y
sus oraciones no tendrán ningún efecto. Este es un principio importante por el
cual Dios perdona (18:35; Mr 11:26; Lc 11:4).
CUANDO AYUNEIS. En la
Biblia se refiere a la disciplina de abstenerse de alimentos con propósitos
espirituales. Aunque a menudo se relacionaba con la oración, debe considerarse
un ejercicio espiritual en sí. En realidad, se le puede llamar ayuno a ´´la oración sin palabras´´.
1. Hay tres
principales formas de ayuno en la Biblia.
a) El ayuno
normal: abstención de todo alimento, solido o líquido, pero no de agua.
b) El ayuno
absoluto: abstención de alimento y de agua (Est 4:16; Hch 9:9). Por lo regular
esa clase de ayuno no debe durar más de tres días, ya que el cuerpo comienza a
deshidratarse. Moisés y Elias practicaron el ayuno absoluto por cuarenta días,
pero solo bajo condiciones sobrenaturales (Éx 34:28; Dt 9:9, 18; 2º. R 19:8).
c) El ayuno
parcial: una restricción de la dieta en vez de la abstención completa (Dn 10:13).
2.
Cristo mismo practico esa disciplina y enseño que
debía ser parte de la devoción del creyente (1:16) y un acto de preparación
para su regreso. La iglesia del NT practico el ayuno (Hch 13:2-3; 14:23;
27:33).
3.
El ayuno con oración tiene varios propósitos:
a) Honrar a
Dios (6:16-18; Zac 7:5; Lc 2:37; Hch 13:2).
b) Humillarse
delante de Dios (Esd 8:21; Sal 69:10; Is 58:3) a fin de recibir más gracia (1ª.
P 5:5) y disfrutar de intimidad con Dios (Is 57:15; 58:6-9).
c) Lamentarse
por el pecado y el fracaso personal (1º.
S 7:6; Neh 9:1-2).
d) Lamentarse
por los pecados de la iglesia, de la nación y del mundo (1º. S 7:6; Neh 9:1-2).
e) Busca la
gracia para una nueva tarea y para confirmar la consagración a Dios (4:2).
f) Buscar a
Dios al acercarse a Él y prevalecer en oración contra las fuerzas espirituales
que se oponen (Jue 20:26; Esd 8:21, 23, 31; Jer 29:12-14; Jl 2:12; Lc 18:3; Hch
9:10-19).
g) Mostrar
arrepentimiento y permitir así que Dios cambie sus intenciones declaradas de
juicio (2º. S 12:16,22; 2º. R 21:27-29; Jer 18:7-8; Jl 2:12-14; Jon 3:5,10).
h) Salvar a
las personas de la esclavitud del mal (Is 58:6; Mt 17:14-21; Lc 4:18).
i)
Obtener revelación, sabiduría y entendimiento con
respecto a la voluntad de Dios (Is 58:6,11; Dn 9:3,21-22; Hch 13:2-3).
j)
Abrir la via para el derramamiento del Espíritu Santo
y el retorno de Cristo a la tierra por su pueblo.
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